jueves, 27 de enero de 2011

"Verdades y mentiras sobre la GHD" ¡Gracias Montse!

Hola a todos:
Hoy os voy a relatar un cuento, de los de Calleja, con moraleja incluída, y con final ¿Feliz...?
En un lugar de España de cuyo nombre no quiero acordarme, vivía una asturiana. Recíén llegada a aquellos lares, llego el día, el temido día. Se miró al espejo, y si, ya estaban ahí, se notaban, no, no podía disimularlas. ¡Las raíces!¡Las malditas raíces!. El fatídico día llegó, se armó de valor, se encomendó a todos los Santos, y entró en una peluquería, una peluquería grande, moderna, siempre con gente, con mucha gente. No podía fallar, mucha gente=buena peluquería. Sus pies se resistían, no querían pasar el umbral, pero se acordaba de esas raíces...Se valiente, se dijo, piensa en la peli "Quo vadis", cuando los cristianos eran echados a los leones, tenían una sonrisa en la boca, porque Dios estaba con ellos...y ella llevaba estampitas de todos los Santos.
-¿Cómo quiere el tono?
-El mismo que llevo.
-¿Desea cortarse el pelo?. Tiene las puntas un poco estropeadas...
-Córteme las puntas, para sanearlas, pero solo lo necesario.
Pasaron las ¡Horasss!, y por fín el peluquero había terminado su ¿obra?.
¡Noooo!,¡ esa no era ella!, ¡no! ¿dónde estaba su melena, su larga y maravillosa melena rubía?. Esa señora que estaba reflejada en el espejo no podía ser ella, no, no, si ella tenía 30 años y aquella triste figura que reflejaba el espejo tendría por lo menos 40. Las lágrimas comenzaron a aflorar a sus ojos, resbalaban por sus mejillas. Aquel pelo ¡Rojo!, ¡Aquél corte tipo príncipe de Beckelar-¿se escribe así?, no sé-.
Lloró, lloró, y lloró, y juró sobre aquella tierra que "nunca más su cabello pasararía por aquél caliz".
Madrid, época actual. Aquella asturiana encontró su lugar. Montse Herraiz le devolvió la alegría de vivir, volvía a confiar en los peluqueros.
Ya no tiene 30 años, sino 40, pero cada vez que sale de su peluqueria parece que tenga 20.
Sus cabellos son largos, rubios, luminosos, "porque yo lo valgo" se dice cada vez que sale de allí, y da ese movimiento de cabeza que hace que su pelo acaricie el cielo.
Montse le descubrió mucho más, los productos de Kérastase; tiene el pelo fino y utiliza el resistance, es un champú restructurante, su pelo ya tiene cuerpo. Pero allí ella es felíz por encuentra "todo" lo que una amante de lo productos capilares pueda desear: Aveda, Sebastián...Y el ¡Gran milagro! para su cabello fino y liso, liso, liso, las GHD, más conocidas como planchas, pinzas, rizadores...:
Verdades: ¡Todaaaaaas!. El pelo no se estropea, está brillante. Parece que siempre estás de peluqueria. ¿Que quieres rizo? Toma rizo. ¿Que quieres hacerte un peinado al estilo Angeles de Charlie?, Toma angél de Charlie. ¿Que quieres llevar el pilo liso, liso? Toma alisado.
Mentiras: Ninguna.
Pros: Todos.
Contras: El precio. Son un poco caras. Las más baratas rondan los 199€. Las que podaís, compradlas; las que no, intentad ahorrar un poquito, ya sé que corren tiempos difíciles, pero euro a euro, tal vez....Las que no podais, hay algunas en el mercado que aunque no son lo mismo, pueden serviros. No están mal las de Braun Satín. En Carrefour, Hipercor...teneís algunas muy económicas. Si no abusaís de ellas pueden serviros, para el fin de semana, pero no las utiliceis habitualmente porque queman el pelo.
En cuanto a Montse Herraiz, tiene dos peluquerías, muy cerquita la una de la otra, en la calle Alonso Cano 80, y otra en la calle Maudes 31.
Tiene un tratamiento a base de queratina para el pelo que es una maravilla, el brillo de tu pelo eclipsará al mismísimo sol. Dura unos 3 meses.
El alisado, para las que tengaís el pelo encrespado, parecereís japonesas. Duración: un año. Precio: Depende del tipo de pelo, unos 350, 400€.
Ella se queda con las mechas que le pone, con su maravilloso diseño de cejas, y con el trato de Montse y su gente: Paulina, Paco... y a las que no nombra, es por una razón, no recuerda sus nombres, pero son igual de maravillosas
Moraleja: Pon tu pelo en buenas manos.
Si no lo habeís deducido, la asturiana de la triste figura...era yo.

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