jueves, 2 de junio de 2011

De la revolución de los sentidos del arte de Kusama, a la de los vinos de Reserva y Cata

Hola a todos:
Hoy toca hablar de "los sentidos".
Hace unos días acudí de nuevo a ver una exposición en el museo Reina Sofía.
Os he de confesar que no conocía a la artista, Yayoi Kusama. Me comentaron que aun vivía, que residía de forma voluntaria en un psiquiátrico y que era "muy moderna"; al oir este término un "escalofrío" recorrió todo mi cuerpo, (he tenido experiencias "terroríficas" con el "¿modernismo?").
Kusama, como su nombre indica procede de oriente, del "Imperio del sol", Japón, siempre me ha atraído su cultura milenaria, envuelta en ese halo de misterio, sus tradiciones ancestrales, su culto a la vida y a la muerte, y el respeto que procesan a sus mayores...
La obra de esta artista es desgarradora, delicada, alucinante, minuciosa, impactante, obsesiva, todo eso y más; es el reflejo del choque entre Oriente y Occidente, entre Kioto y Nueva York; entre la cultura nipona y la del arte pop americano con Andy Warhol a la cabeza, del que fue amiga. ¡no te deja indiferente!. Sientes alegría, tristeza, angustia, nerviosismo, inquietud, (hasta horror, porque alguna de sus obras son horrorosas, rayando lo grotesco), admiración...
Me quedo con sus primeras obras de pintura nihonga, pura delicadeza oriental; laa Infinity Net Paintings (pinturas de redes infinitas, maravillosas); y unos cuadros majestuosos pintados en el 2010, al entrar en esa sala sientes que los cuadros tienen vida, parece que las figuras se mueven, y el colorido es... bueno, no hay palabras.
Estaba maravillada contemplando estas obras cuando alguien se acerca y me dice que aún queda una sorpresa final, y qué razón tenía , la Infinity Mirror Room, superficie reflectante, agua, luces que van cambiando de color, azul, verde, blanca, roja, sientes frio, calor, paz... Sientes; su arte es "pura locura"; y es que detrás de un gran artista siempre hay un gran "loco", y es que hay muchas clases "locura" y algunas son maravillosas. Kusama dice que "Su arte combate en la frontera entre la vida y la muerte, cuestiona lo que somos y lo que significa vivir y morir. Necesita una libertad más ilimitada y un mundo más amplio". Y su gran obsesión es la representación del espacio infinito.
¿No hay algo de locura en todos nosotros?. La vida misma es pura locura.
Y hoy como hablo de color y de sensaciones, de sentidos, voy a cambiar de tercio, y voy a compartir con vosotros un lugar secreto que hace tiempo descubrí, una vinoteca, con vinos especiales, aquellos que no encuentras ni en el Rincón del Gourmet del Corte Inglés, procedentes de pequeñas bodegas familiares, y con unos precios irresistibles. Hay "caldos" por 12€ (yo los he probado y me han gustado y eso que a mí el vino no me gusta demasiado) que a los paladares más exquisitos y entendidos les sabrán a gloria; aunque no faltan las bodegas consagradas tanto nacionales como extranjeras.
Está en Madrid en la calle Conde de Xiquena, y el sitio se llama "Reserva y cata". Sé que realizan catas y cursos para los amantes del vino; tienen página en internet. Trataré de recopilar más información y os mantendré informados.
La vida hay que vivirla a pequeños sorbitos, al igual que el vino, porque si no, puede que nos ¿emborrachemos?.

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